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martes, 16 de enero de 2018
CERTAMEN LITERARIO ALBACARA 2017. PREMIO 200€ Y DIPLOMA MODALIDAD NARRATIVA CATEGORIA TERCERA
CERTAMEN LITERARIO ALBACARA 2017. PREMIO 200€ Y DIPLOMA
MODALIDAD NARRATIVA CATEGORIA TERCERA
TITULO: VENDIDO
AUTOR : MARÍA SÁNCHEZ LÓPEZ
IES SAN JUAN DE LA CRUZ, CARAVACA, 2º BACHILLER
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“VENDIDO”
Me siento sucio, ya no sé ni quién soy, he traicionado a mis ascendientes, ¿qué digo?, he traicionado a cualquier ser humano con un mínimo de moral. Supongo que a estas alturas soy más animal que humano, quizá lo fui siempre y fue el instinto de supervivencia el que me ha llevado a ser lo que soy, o eso es lo que quiero creer. A veces intento consolarme pensando que los verdaderos monstruos son los que me han arrastrado a esto, pero yo acepté seguirlos, y esa decisión fue la que me envenenó.
Muchas noches cuando me acuesto, revivo con una cruel claridad mi infancia, más concretamente el final de ella, o al menos de su inocencia. Eran tiempos duros, la sociedad se estaba recuperando de los costes de la primera guerra, la cual perdimos. Intentaron humillar a Alemania todo lo posible, redujeron su ejército, su territorio y le hicieron responsable de todos los gastos de reparaciones en otros países, como si fuera el único bando que causó daños. Pero el verdadero caos se desató cuando cayó la bolsa y los americanos no solo dejaron de apoyamos económicamente, sino que exigían la devolución de todo el dinero prestado. El país estaba bajo tanta presión que en la desesperada búsqueda de una válvula de escape, e intentando evitar la llegada del comunismo se aferraron al primer loco que les prometió soluciones. Ni se pararon a pensar en los daños colaterales, ya que solo afectaban a una minoría, los judíos.
Ellos eran conscientes de que una mentira repetida muchas veces se podía tomar como una verdad, y tras promover el odio a los judíos, comenzaron con la caza y captura. Tras eso, todos los judíos intentamos escondemos para conservar la vida. Mi familia compró una casa en el campo, sin vecinos y alejada de los pueblos, a la cual tenías que acceder por sendas. Nuestro plan era ser autosuficientes gracias a la recolección de un huertecito y a la cría de algunos animales. Poco a poco, con el paso de los meses, el miedo iba desapareciendo, hasta que una fatídica noche de tormenta en la que mi hermana mayor y yo, estábamos acurrucados en la cama con nuestros padres, mucho mejor, no tenía nada, ni familia, ni casa, ni amigos, ni dinero para comer, y por si fuera poco, se empezó a extender el acertado rumor de que era judío.
Dadas las circunstancias, decidí alistarme en el ejército alemán ya que así, además de tener todo lo que necesitaba para vivir, podría alejar los rumores y persecuciones.
Ni me considero el soldado más fiel, ni el más eficiente, ni el más fiero, pero sin embargo siempre conseguía sobrevivir, eso bastó para ir ascendiendo poco a poco y terminé dejando de lado sin darme cuenta quién era yo realmente para integrarme cada vez más en ese rol.
Con el tiempo conseguí hacerme con un puesto más o menos relevante, pero claro, los años pasan factura y el campo de batalla más, así que llegó lo inevitable.
El día que mi superior me llamó y me informó de que iba a ser el jefe de un campo de concentración, sentí que el mundo se paraba por un instante, recordando la fatídica noche que pasé 'con mi familia. Desde entonces, no tuve más contacto con judíos ya que yo combatía invadiendo pueblos o defendiendo fronteras.
Siempre quise engañarme pensando que los campos de concentración eran ficticios y que formaban parte de una publicidad nazi.
Pero me lo merecía, intenté matar a mi verdadero yo dando la espalda a todas las personas que eran brutal e injustamente asesinadas por ser lo mismo que yo, judíos, y vendí mi honor, y a mis iguales a cambio de una cama y pan, vendándome yo mismo los ojos.
Indudablemente no pude negarme, y a la tarde siguiente un coche me llevó a mi nuevo trabajo. como ahora, una extraña sensación de felicidad, miedo y nervios recorre mi cuerpo, pero el tiempo pasa y cada vez queda menos.
He llamado a todos los judíos a un patio común, en el que yo espero subido a un pequeño escenario de madera, cuando lleguen me presentaré, pero esta vez no como Erik sino como quien yo soy realmente, les contaré brevemente mi historia para que cuando haga lo que vaya hacer después puedan entenderlo. Le pediré a mi hermana que suba al escenario me fundiré con ella en un abrazo mientras intento darle todos los besos que le debo, le pediré perdón, les diré a todos que a ella le daré las llaves del arsenal, del comedor y de las puertas del campo de concentración, a continuación le pediré que baje del escenario, le daré un último beso y le volveré a pedir perdón.
En cuanto ella baje, me colocaré una pistola en la boca apuntando hacia arriba y tras un fugaz y ardiente fogonazo me desplomaré en ese escenario y, para mí, ya solo habrá silencio, un dulce y tranquilo silencio, habré muerto siendo quien realmente soy y ayudando a mis iguales, aunque, especialmente, a mi hermana.
Ella se merece vivir y ser feliz, espero que algún día me perdone por todo lo que he hecho y por abandonarla otra vez, pero yo siento que esto es lo único que le dará sentido a mi turbulenta vida.
lunes, 15 de enero de 2018
CERTAMEN LITERARIO ALBACARA 2017. PREMIO 150€ Y DIPLOMA MODALIDAD NARRATIVA CATEGORIA SEGUNDA
CERTAMEN LITERARIO ALBACARA 2017.
PREMIO 150€ Y DIPLOMA
MODALIDAD NARRATIVA CATEGORIA SEGUNDA
TITULO: "CARTAS DE UNA ADOLESCENTE"
AUTOR : ESTELA VERDEJO NAVARRO
IES GINES PÉREZ CHIRINOS. 3º ESO
MODALIDAD NARRATIVA CATEGORIA SEGUNDA
TITULO: "CARTAS DE UNA ADOLESCENTE"
AUTOR : ESTELA VERDEJO NAVARRO
IES GINES PÉREZ CHIRINOS. 3º ESO
CARAVACA DE LA CRUZ
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"CARTAS DE UNA ADOLESCENTE"
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"CARTAS DE UNA ADOLESCENTE"
Madrid, 28 septiembre
Ya es domingo por la tarde.
Debería estar haciendo los deberes, pero, por mucho que lo intento, no logro concentrarme.
¿ Te he hablado alguna vez de "La Rambo"? Es mi nueva profesora de matemáticas. El nombre no es mío, sino invento de un chico de la clase de aliado. Y, es que, si quieres aprobar con ella, tienes que hacer los cuatrocientos ejercicios "opcionales" que manda cada día y no sacar NUNCA, bajo ningún concepto, menos de seis en sus exámenes. He escuchado cosas horribles sobre ella, como que de un grupo de treinta y dos alumnos solo aprobaron tres y fue con sendos cincos cada uno. ¿Ves? ¡Como para no estudiar con esta señora!
Mi padre lleva encerrado en el garaje toda la tarde. Tal como te dije, el otro día encontró en el desván su vieja caja de herramientas y ahora intenta construir algo con ellas.
Si te soy sincera, no creo que lo consiga. Por mucho que piense, no recuerdo haberle visto terminar algo que haya empezado. No obstante, te informaré de su avance cada día por si te interesa.
Esta mañana he hablado con Blanca por skype. Me ha dicho que volverá hoy de su viaje y que intentará ir mañana al instituto ¡Ya era hora! Estoy cansada de sentarme sola ¡Me aburro muchísimo! Y no es porque no haya más chicas en clase, sino porque, siempre hablan de lo mismo: zapatos, ropa, fiestas ... Al final te acabas hartando un poco.
Escucho la voz de mi padre, me está llamando para cenar. Mañana, si puedo, charlaremos otro ratito .... ¡Y los deberes sin terminar!
Madrid, 30 septiembre
Creo que Blanca está saliendo con alguien.
Esta mañana, tras contarme cómo ha sido su viaje a Roma, me ha dicho que un chico ha empezado a chatear con ella por Facebook. Según me ha contado, vive en Getafe y se llama Jose. Al parecer, tienen muchas cosas en común: a los dos les encanta la música, el baile y los animales.
Desde que ha salido el tema no ha dejado de hablarme de él en todo el día yeso que yo no lo veo gran cosa. A ver, el chico parece majo, pero todavía no lo conoce personalmente. Quizás sea diferente cara a cara. Podría ser el típico chulo egocéntrico ... O incluso uno de esos niños que no ven más allá de las pantallas de los móviles o las video con solas.
Ahora que lo pienso, si es así, incluso podrían encajar a la perfección.
Blanca está obsesionada con las redes sociales y se esfuerza por tener lo que ella llama "una buena imagen". Sube fotos haciendo todo tipo de cosas: Comiendo, haciendo los deberes, viendo la televisión, en pijama ... Además, acepta todas las solicitudes de amistad, conozca o no a las personas; dice que hay que ampliar su "foro de amigos", como ella lo llama. Creo que es por eso por lo que no sabía ni que seguía a Jose.
Dejando de lado este tema, que me tiene ya un poco cansada, "la Rambo" nos ha castigado sin recreo porque ha pillado a Irene, la chica que se sienta al fondo del aula, pintándose los ojos en plena clase, el castigo no es otro que adelantarnos un par de días el examen que teníamos en una semana.
Tendré que ponerme a estudiar como una loca esta misma tarde, si quiero entrar en el selecto club de favoritos de la profe.
No entiendo por qué todos tenemos que sufrir las consecuencias por culpa de una sola persona. ¿Y sabes qué es lo peor? Que cuando se lo he contado a mi padre se ha reído y me ha dicho "Pagar justos por pecadores" o algo así, tampoco es que esté muy pendiente de todo lo que a mi padre se le pasa por la cabeza ...
A propósito, ahora hay una aberración de aluminio sobre la mesa del garaje. Si la vieras te sorprenderías, yo creo que es imposible sacar algo útil de entre toda aquella chatarra ... y lo que más me fastidia es que todavía no sé qué es. Cuando le pregunto a mi padre, me ignora completamente, creo que es porque ni él mismo lo sabe.
En fin, ahora estoy cansada ... Mañana seguimos hablando.
Madrid, 1 octubre
¡No podía haber peor día en mi vida!
Esta mañana al acabar las clases, Blanca me ha dicho que Jose va a venir a Madrid solo para verla. Después, no ha parado de hablarme de él, de lo maravilloso y guapo que es. Ha sido en ese momento cuando no he podido contenerme más y he
estallado. Le he dicho que me daba igual cómo fuese, que quería que dejase de hablarme de él y que estaba siendo muy pesada. Entonces, me ha gritado que yo estaba celosa y era una egoísta. Que siempre me había apoyado en todo, pero que yo no podía hacer lo mismo por ella.
Después de eso, me he cruzado de brazos y he dado media vuelta, aparentando estar lo más calmada posible.
Cuando he llegado a casa, ni siquiera me he molestado en saludar a mi padre. He cerrado la puerta de mi habitación de un portazo y me he tumbado boca arriba en mi cama. En mi cabeza no paraban de sonar una y otra vez aquellas palabras tan horribles que me había dicho Blanca.
Eso sí, no he llorado. Te lo prometo. No podía, tenía un nudo en la garganta que no me dejaba hacerlo. Solo me preguntaba quién de las dos era la culpable de lo que había pasado.
Al cabo de un rato, mi padre me ha llamado para comer. Antes de eso, he ido al cuarto de baño y me he lavado la cara, intentando que con ello se borrara mi mal humor, para esquivar cualquier explicación al cabeza de familia. Pero, al sentarme en la mesa, me ha cazado al vuelo y me ha preguntado por mis males. Yo le he mirado de la manera más fría que he encontrado "¿Eso a ti qué te importa?", le he soltado sin pensar. Él se ha encogido de hombros y ha empezado a comer tranquilamente, supongo que evitando el típico enfrentamiento padre-adolescente.
Nadie ha dicho palabra hasta que no hemos acabado los platos. Entonces, se ha activado su tecla reset, y me ha soltado como si tal cosa" ¿Sabes qué? De mayor podrías ser escritora" Yo no quería seguirle el juego y he retorcido mi sonrisa a modo de "cállate ya, pesado".
Ahora que lo pienso, me doy cuenta de que lo único que quería era animarme el día. Pero en ese momento, la ira pudo conmigo. Me puse a gritarle cosas horribles, cosas que incluso me da vergüenza contarte.
En este momento, te escribo desde la biblioteca municipal. Me fui de casa buscando tan solo un sitio donde estar tranquila. Aquí se respira silencio .Te prometo que regresaré antes de las ocho.
Madrid, 2 octubre
Ayer, como te prometí, regresé a casa antes de las ocho. Mi padre no me dijo nada cuando me vio, hizo bien. Estaba tan enfadada que no creo que llegásemos a nada bueno.
Esta mañana, he ido a lIevarle los deberes a Blanca y, de paso, a disculparme con ella por ser tan borde. Cuál ha sido mi sorpresa cuando, al abrirme la puerta, su madre me ha preguntado por ella.
Después de jurarle unas cuantas veces que no la había visto, lo he comprendido todo. Su hija no había vuelto a casa, desde ayer. Unos policías me han estado interrogando sobre el asunto. Me sentía como si estuviese en una de esas películas que tanto te gustan. Yo, les he contado todo lo que sabía. Incluso lo del castigo de "La Rambo" por si les servía de algo. Después, me han dicho que me marchase.
Cuando he llegado a casa mi padre no estaba. Había tardado tanto que ya se había ido a trabajar. Sobre la mesa había una nota que básicamente me decía que me calentase la comida. Te juro que iba a hacer eso, hasta que la vi y me lo pensé. Era una especie de masa pegajosa, amarillenta por el colorante alimentario.
Él puede ser bueno en limpiar las baterías de los móviles, formateando videoconsolas, incluso en arreglar la placa base de un ordenador ... Pero cocinar, no es su fuerte. Menos mal que, justo debajo de casa, hay una pizzería.
Aprovechando que su trabajo acaba a las nueve, he salido a buscar a Blanca. No he podido evitarIo, estoy muy preocupada por ella. He ido a los sitios a los que solemos ir: la Gran vía, la Puerta del Sol, el parque del Retiro ... Todo en vano. Al final, he tenido que volver por donde había venido.
Es que, cada vez que me paro a pensarIo, soy la única que puede encontrarle. Sus padres siempre están fuera de casa y cuando están con ella, apenas le prestan atención. Nadie la conoce como yo ... si no he podido encontrarIa, me temo lo peor.
Solo me queda esperar a que esté bien y regrese pronto a casa. Sus padres están muy preocupados.
Madrid, 4 de Octubre
Siento no haberte escrito ayer, pero no he tenido tiempo. De hecho, te escribo, desde la sala de espera del hospital. Tranquila, yo estoy bien ... es Blanca.
La han encontrado esta madrugada. Estaba tirada, en la orilla del estanque del Retiro, junto a las escaleras de piedra, malherida. Según la policía, estaba cubierta de sangre, inconsciente y con claros síntomas de violación, pero aún tenía pulso.
Hoy no he ido al instituto. Mi padre me ha dejado quedarme en el hospital. A veces entra y sale algún que otro médico, pero nunca dicen nada, eso me pone muy nerviosa.
A mediodía, papá ha venido a hacerme compañía. Aunque solo estuviera pendiente de la puerta, notaba cuando me miraba de vez en cuando y negaba en silencio.
No ha sido hasta las cuatro y media cuando el padre de Blanca nos ha contado que había entrado en coma. Le he pedido pasar a verla, pero él me ha explicado que hasta dentro de un par de días eso será imposible.
Según parece, Blanca había quedado después de clase con Jose en el parque del Retiro. Esa información estaba en su móvil, el cual encontraron unos metros más allá de su cuerpo, al comienzo de las escaleras. Solo se sabe hasta ahí. La policía ha intentado por todos modos contactar con él, pero es como si se lo hubiese tragado la tierra. Todo se ha borrado: la cuenta, los mensajes, su foto ...
Ahora mismo mi padre insiste en que nos marchemos a casa. Creo que debería hacerle caso, los hospitales me deprimen. Necesito descansar.
Madrid, 5 de Octubre
Detesto los deberes de los sábados, aquellos que empiezas decidida a hacerlos y acabas dejándolos para el domingo por la tarde. No puedo evitarlo; el viernes no tengo tiempo, el sábado se me quitan las ganas y al final quedan para el domingo, como siempre. Forma parte de mi forma de ser.
He dedicado la mañana a visitar a Blanca. Aunque no me hayan dejado entrar a verla, sus padres me han dicho que sigue estable. Todo apunta a que la drogaron, golpearon y abusaron de ella sexualmente. Está viva de milagro.
La policía aun está buscando a Jose. Cada minuto que pasa estoy más segura de que nunca aparecerá.
A propósito ... ¿Recuerdas cuando iba a cuarto?
Te lo pregunto porque esta mañana he visto que alguien me había enviado una solicitud de amistad. La he aceptado porque se parecía un montón al chico ese que tanto me gustaba cuando tenía once años, el que se sentaba en segunda fila.
Ha cambiado un poco desde que nos vimos por última vez. Pero estoy segura que es él. Según su estado tiene catorce años como yo. No creo que sea una coincidencia, tiene su misma nariz, los ojos de color ámbar y el pelo largo y castaño.
No le he contado nada de esto a papá. Él nunca lo entendería. Y, después de lo que le ha pasado a Blanca, menos aun. ¡Estoy tan emocionada!
Ahora mismo le he saludado. Él me ha contestado con una carita sonriente y con un "Hola Laura".
Seguiré hablando con él a ver si consigo recordar algo del año en que lo conocí. Que, por mucho que me esfuerzo, creo que no recuerdo ni la mitad de cosas.
Madrid, 6 de Octubre
Hoy me ha despertado el ruido de un objeto metálico cayendo al suelo. Cuando he ido a ver de qué se trataba, he visto a papá trabajando en su "gran invento". He de admitir que nunca lo había visto tan concentrado. Esa cosa, fuera lo que fuera, iba tomando una forma bastante peculiar.
¿Qué es? Le he preguntado de nuevo. Se ha girado y me ha mirado con una cara que me ha parecido irritante. Después, se ha vuelto a concentrar en eso y ha contestado "De momento, un trozo de hojalata" . Yo me he enfadado y le he dicho que se dejase de tonterías, que no hiciera tanto ruido. Él ha asentido.
Más tarde, he ido a visitar a Blanca al hospital. Aunque solo me hayan dejado entrar cinco minutos, me ha parecido suficiente. Todavía seguía en coma, tumbada sobre la cama. Esa imagen nunca se me borrará de la cabeza.
Cambiando de tema. Tal y como te dije ayer, sí que era mi antiguo compañero.
Cuando me contestó que sí, no me lo podía creer. Habían pasado tantos años que no esperaba que se acordara de mí, Su nombre es Marcos y dice que, a pesar de vivir lejos, suele venir los fines de semana a visitar a sus abuelos. Esta tarde hemos rememorado viejos tiempos. Recordamos lo bien que lo pasamos cuando nos disfrazamos de leones en primero o cuando se me perdió mi pulsera y me ayudó a buscarla por todo el patio.
También hemos recordado a nuestra vieja tutora, la señorita Ágata, la cual, cada vez que se enfadaba, torcía la nariz hacia un lado. Mi padre me contó que una vez, en una reunión, la había visto hacer eso y tuvo que contener la risa.
Así hemos estado durante toda la tarde, desenterrando anécdotas, unas graciosísimas, otras no tanto, como aquella vez que me caí por las escaleras y me hice un esguince. Seguro que tú también lo recuerdas, pasé dos semanas con la pierna en alto y se me puso la punta del pie morada.
Cuando mi padre me ha llamado para cenar, nos hemos despedido con la promesa de que mañana volveríamos a chatear de nuevo ... Me ha gustado mucho volver a hablar con él.
Madrid, 8 de Octubre
Todo el instituto se ha paralizado por la noticia de Blanca. Mucha gente me ha mirado con cara de intriga; profesores y compañeros de clase. Incluso mis compañeras de francés, a las que por cierto no les caigo muy bien, me han preguntado por ella. Saben que somos buenas amigas.
Al salir, he decidido hacerle una visita. Sus padres me han dicho que va recuperándose poco a poco, pero que aún, no estaban seguros de cuándo despertaría.
Tras verla unos pocos minutos, he regresado a casa. Mi padre estaba tan concentrado en su chatarra que he decidido no interrumpirle. He subido hasta mi habitación y le he mandado un mensaje a Marcos saludándole.
No habían pasado ni cinco segundos cuando me ha contestado. Me ha dicho que estaba estudiando y que, en cuanto hubiese acabado, me avisaría. Yo he aceptado su propuesta y me he despedido. ¡Vaya rollo!
Instantes después, papá me ha llamado para comer. Para mi suerte, había encargado la comida en un restaurante chino cercano. Creo que poco a poco, va comprendiendo que no todos sus platos son aptos para el consumo humano y que nunca le darán ninguna "Estrella Michelin".
La comida se ha resumido a una aburrida conversación sobre los negocios de mi padre .Para acabar el tema y no enzarzarme en una disputa tonta, me he encogido de hombros haciéndole entender que no me importaba su trabajo en absoluto.
Nunca me ha interesado la informática, a menos que se llame Facebook o Instagram.
Es lo que suele pasar en esta casa. Mi padre intenta todos los días entablar una conversación sobre algo que no me importa lo más mínimo como las tareas de casa o si no sé quién se había mudado. Te juro que intento poner mi mejor cara, pero no lo consigo por mucho que me esfuerce. Es uno de mis principales defectos, no se disimular ... ni escuchar.
Al final se ha cansado de preguntar y me ha dicho entre risas "Quizás deberías de dejar de ser tan arisca conmigo". Y o me he levantado de la silla de golpe y le he gritado: "¡Quizás si no estuvieses cada dos por tres interrogándome sobre mi vida, sería de otra manera!"
"No te preguntaría cada dos por tres, como tú dices, si me respondieras a la primera", ha contestado de la manera más calmada posible.
"¡Tengo catorce años! ¡No me hace falta que estés detrás de mí a cada paso que doy! ¡Además, ni siquiera te interesa mi vida! ¡Solo preguntas para intentar quedar bien conmigo! ¡Te recuerdo que mi mejor amiga sigue en el hospital y tú solo has ido una vez a visitarla!" Tras eso, me he ido a mi habitación dando un portazo.
Si te soy sincera, no sé qué me pasó en ese momento; simplemente la ira pudo conmigo. De repente, sentí la necesidad de gritar, de desahogarme después de todo lo que había pasado estos días ... y ahí delante estaba mi padre, dispuesto a convertirse en mi saco de boxeo.
Nunca habría llegado a esa reflexión de no ser por Marcos. Hemos estado chateando toda la tarde. Insistía en que mi padre solo se preocupa por mí. Sus palabras eran delicadas pero directas.Tranquilizadoras y duras a la vez. Le he contado también que desde aquel día, ya sabes a cuál me refiero, pasa la mayor parte del tiempo absorto en su trabajo, como si nada alrededor de él importara, ni siquiera yo ...
No tenía la menor idea de que hablando con alguien que de verdad te entienda, que te escuche, que te consuele, iba a sentirme tan bien. No quiero ni imaginarme cómo será este viernes, he quedado con él en la cafetería que hay en la esquina. No le voy a contar nada de esto a papá, ... Al menos todavía ...
Madrid, 10 de Octubre
Las cosas en el instituto se han tranquilizado bastante. Aunque los profesores han seguido preguntándome por Blanca, mis compañeros se han olvidado ya del tema.
Recuerdo que una vez María, una chica de mi clase, se rompió un brazo jugando al baloncesto y todos los chicos la trataban como a una reina. Claro, la chica para ellos es un bombón. Le sujetaban los libros, le hacían los deberes y hasta la llevaban a cuestas. Todo eso duró más de dos semanas, hasta incluso cuando ella se repuso, continuaron ayudándola. Es por eso por lo que esa chica me da mucho
asco.
Al llegar a mi casa he visto a papá hablando por teléfono con alguien. Cuando me ha visto se ha despedido y ha sonreído. "¿Quién era?" He preguntado. Él me ha contado que era el padre de Blanca, el cual le había dicho que la policía había localizado a Jose en un pequeño pueblo de Extremadura y que ya lo habían arrestado. El individuo en sí era un engaño total. Ni se llamaba Jose, ni tenía la edad que decía tener, sino veinte años más, ni siquiera la foto de perfil era la suya.
¡Pobre Blanca!
Al escuchar la noticia, me he alegrado muchísimo. Rápidamente, he subido a mi habitación y se lo he contado a Marcos. Él también se ha alegrado por ella. Ellos aún no se conocen, pero me gustaría presentársela algún día. Seguro que se caerían
muy bien.
Esta tarde hemos estado hablando sobre el futuro. Él me ha dicho que le gustaría ser periodista, aunque a su madre le encantaría que fuera futbolista ya que se le da muy bien ese deporte.
Le he dicho que de mayor, me gustaría ser locutora de radio. Poder ser escuchada sin que te interrumpan es mi sueño. Supongo que es, como ya te he contado en numerosas ocasiones, porque no sé escuchar a los demás.
Aunque no te lo creas, también le he hablado de ti. De los castillos de arena que construíamos en el parque y de cuando le gastábamos bromas a mi padre. En general, de lo bien que nos lo pasábamos juntas.
Siento que a Marcos se lo puedo contar todo. No sé por qué, me inspira confianza, además de tener muchas cosas en común.
Por ejemplo, hoy me ha dicho que su padre hace unas comidas horribles, y, que ni siquiera el perro se atreve a probarlas, del aspecto tan terrible que tienen.
Le he contado que la primera vez que papá cogió una espátula de cocina fue para trasplantar un rosal. Él ha respondido que por lo menos le pone empeño y yo he estallado a carcajadas. Creo que hasta mi padre debe haberlas escuchado.
Hablando de papá, ¿Recuerdas esa máquina misteriosa que estaba construyendo?
Pues ya se ha cansado y la ha dejado. Lo sé porque esta mañana he ido a echar un vistazo y todas sus herramientas estaban metidas en cajas de cartón. Ya sé que se veía venir; pero, tenía la esperanza de que esta vez fuera diferente
Madrid, 11 de Octubre
Anoche estaba tan ocupada hablando con Marcos que se me olvidó completamente repasar las matemáticas.
No era cualquier examen, pues se trata de uno de "La Rambo". Ya puedes imaginarte la sorpresa que me he llevado esta mañana cuando ha comenzado a repartir los folios.
Para mi suerte, antes de llegar a mi pupitre, la secretaria ha venido a buscarme. Al principio, he de admitir que me he asustado. Me temía lo peor. Todos mis compañeros me han preguntado. Yo me he encogido de hombros y me he ido con ella, porque ya tenía el permiso de la profesora.
Hemos tenido que recorrer un laberinto de pasillos hasta llegar a conserjería. Era la primera vez que iba a ese lugar. Me he sorprendido bastante al ver al padre de Blanca cruzado de brazos, esperándome en la puerta con una sonrisa.
De camino al hospital, me ha explicado que Blanca había despertado del coma esa mañana y que ya estaba fuera de peligro. Después, me ha dicho que mi padre había aceptado que viniese a recogerme para visitarla, así que no tenía que preocuparme por él. Yo he asentido, un tanto extrañada.
Ya la habían trasladado a planta.
Al abrir la puerta, todas las personas que había dentro se han callado de golpe.
Me he acercado a ella y he visto como, en pocos segundos, sus ojos se inundaban de lágrimas. La he abrazado y le he dicho: "Qué morro tienes, saltándote el examen de "La Rambo". Ha esbozado una débil sonrisa que me ha alegrado infinitamente.
Se le notaba cansada, pues, ni siquiera podía hablar sin hacer una pausa entre palabra y palabra. Aun así, me ha pedido perdón tantas veces que he perdido la cuenta. Yo, siempre preguntaba el por qué y ella sonreía. Ya no importaba aquella estúpida pelea sin sentido. Era como si nada de eso hubiera ocurrido.
Le he estado contando todo lo que había sucedido todos estos días. Menos lo de Marcos y la pelea con mi padre ... Eso ya se lo contaré en otra ocasión. Al escucharme hablar del interrogatorio en su casa, ha soltado una débil carcajada.
Me ha llamado la atención que no recordase nada de lo que había pasado tras nuestra pelea, según los médicos, por los fuertes golpes que recibió en la cabeza. No obstante, dicen que recuperará la memoria progresivamente. Me alegro que esté bien; aunque, creo que esta experiencia no la olvidará jamás.
Al volver a casa he tenido otra discusión con mi padre, como no. Esta vez ha sido porque le he dicho que después de comer volvería al hospital con Blanca. Él me ha dicho que de eso nada, que estaba pasando demasiado tiempo ahí metida y que ahora lo que necesitaba era tomar el aire y olvidarme un poco del tema.
Creo que estoy empezando a odiarle. La situación en mi casa es inaguantable, o se hace lo que él diga o acabamos mal. Y encima me trata como si todavía tuviera tres o cuatro años, vigilándome a cada momento. Creo que lo que está construyendo va a ser una cámara de vigilancia para mí, ¿Qué te apuestas?
Mañana justo después de comer tengo pensado irme a casa de la abuela. Así no tengo que darle explicaciones cuando vaya a la cafetería. Es más, saldré de casa por la puerta de atrás, sin decir palabra alguna. Con suerte, no se enterará de que me he ido.
Madrid, 12 de Octubre
Esta mañana, papá ha llamado a mi puerta, quizá ofreciéndome una enésima disculpa tras la discusión de ayer. No me he molestado en abrirle.
Tras el instituto, he ido a visitar a Blanca. Ya está muchísimo mejor y puede sostenerse en pie. Está tan emocionada que va corriendo de un lado a otro del hospital, como si de una feria se tratase. Ella dice que la tienen retenida contra su voluntad, que si por ella fuera estaría en su casa tomándose un chocolate caliente.
Hubiese ido a verla después de comer, para así, estar toda la tarde con ella, pero, a las cinco había quedado con Marcos en la cafetería. Estaba tan emocionada, que le dije a mi padre que ya había comido en el hospital, para que, ninguna de nuestras inevitables peleas durante la comida, me fastidiase la tarde.
Cuando solo quedaba una hora, he decidido salir de mi habitación para analizar la situación. Papá no estaba. En su lugar había sobre la encimera una nota que decía que volvería a las ocho. Las cosas se volvían cada vez más fáciles. En ese momento, solo pensaba en que quizás el destino había decidido que debía de reunirme con Marcos sí o sí,
Así pues, a las cinco en punto ya estaba sentada en una de las sillas de la cafetería, haciendo como que prestaba interés a una revista de moda que alguien había dejado olvidada sobre la mesa. Pensaba en detalles tan estúpidos como qué llevaría puesto o cómo sería su voz. Estaba muy nerviosa.
Entonces, en una de mis miradas hacia la puerta, vi algo que hizo que me intentase esconder tras una columna. Mi padre entraba con el periódico en la mano y se sentaba frente a la barra. El corazón me iba a mil por hora, pensé horrorizada que había leído los mensajes y había decidido venir.
Fuera cual fuera el motivo, no me agradaba mucho la idea de tenerle de testigo de mi cita. Más que nada porque seguro que no me daba su aprobación.
Había una parte de mí que me decía que fuese a hablar con él, otra, que me quedase sentada a esperar a que se marchase. Cuando me quise dar cuenta, papá ya me había visto y se acercaba a la mesa.
"¿ Qué haces aquí? Pensaba que estabas en casa" Me ha dicho a modo de saludo.
Yo he contestado enfadada que a él eso no le importaba. Ignorando mi respuesta, me ha preguntado si estaba esperando a alguien. Con un nudo en la garganta, he movido la cabeza de lado a lado para negarlo.
Él ha asentido y se ha sentado frente a mí. No recuerdo cuánto tiempo hemos pasado en silencio, cada cual con su móvil. Por cierto, no me había dado cuenta que había cambiado a otro modelo distinto. Creo que pasamos diez minutos, puede que incluso más sin hablarnos. Estaba deseando que se fuera, pero no se iba.
¡Qué fastidio!
Esperaba que Marcos se retrase y no se cruzaran en la cafetería.
Finalmente, mi progenitor ha roto su silencio "Ha sido una tontería pensar que podrías hablar conmigo cara a cara por una vez en tu vida pacíficamente", ha dejado caer.
En ese momento, mi móvil ha vibrado para indicarme que había recibido una notificación. Cuando lo he encendido, un escalofrío ha recorrido mi cuerpo.
Marcos me acababa de mandar un mensaje en el que ponía "Media hora sentado frente a ti y todavía no has dicho una palabra. Como ves, el mundo está lleno de mentiras que quizá puedan hacerte daño. Esta vez has tenido más suerte que tu amiga".
He salido de la cafetería tan rápido como he podido. La gente no paraba de mirarme, pero eso me daba igual. Al llegar a mi casa me he encerrado en mi habitación y he tirado el portátil al suelo con todas mis fuerzas. No podía creerlo.
Mi padre me había estado engañando todo este tiempo. Había estado jugando conmigo delante de mis propias narices y yo no me había dado cuenta hasta que él mismo se descubrió.
Me siento humillada, engañada, ridiculizada ..... me faltan adjetivos para describir el estado en el que me encuentro.
Un padre utilizando sus malditos conocimientos de informática para engañar a su propia hija, es una situación más que surrealista. [Qué vergüenza por Dios!
Esto no puedo contarlo por ahí, sería el hazmerreir de mis amigos. Creo que voy a pasarme lo que le queda a la tarde, y parte de mañana, llorando hasta que asimile mi fraude en las redes sociales.
[Le odio! No voy a volver a hablar con él en toda mi vida. Mañana no pienso ir al instituto, voy a escaparme de casa tan pronto como me sea posible. Lo que ha hecho es horrible y se merece pagar las consecuencias.
Madrid, 29 de Noviembre
Hace unas semanas que no te escribo, pero quiero que sepas que aún sigo recordándote.
Tardé días en tranquilizarme, pero al final, tras muchos gritos, portazos y lágrimas, dejé a papá explicarme el motivo por el cual me había engañado. Me dijo que desde que Blanca había ingresado en el hospital, estaba muy preocupado. No sabía si me iba a ocurrir lo mismo, necesitaba saber que yo era distinta y que podía confiar en mí, pero yo era como la mayoría de las jóvenes de mi edad. Se lo demostré con creces.
Después, me pidió perdón, aunque no me lo mereciera. Sin darse cuenta, con esta prueba de fuego, me demostró que más que nunca él era la persona que más me quería. Sólo lo hizo por demostrarme una vez más, que todo lo que se esconde tras las redes sociales es más peligroso de lo que yo creía. Me ha abierto los ojos al respecto. Podía haber corrido la misma o peor suerte que Blanca.
Una semana después de nuestra reconciliación, el tan esperado día llegó. Mi mejor amiga salió del hospital. Ahora lleva una vida más calmada. Ha decidido que, hasta que no sea mayor de edad, no volverá a usar las redes sociales.
He querido contártelo en esta carta porque es posiblemente la última que escriba.
He descubierto que no me hace falta bolígrafo y papel para desahogarme. Porque estoy rodeada de personas que me quieren y están dispuestas a escucharme. Entre ellas, mi padre.
Hace unos días, me presentó a Alba. La llama amiga, pero no era la primera vez que la había visto en casa, aunque él lo creyese.
En el fondo, me alegro. A veces viene a casa y jugamos los tres a juegos de mesa.
Incluso, algún día que otro, la he visto preparando la comida ... Podría acostumbrarme a ella.
No sé qué pensarás respecto a esto, pero creo que sientes lo mismo que yo, te alegras por papá. Sé que te sonará muy raro, pero créeme, tu también lo harías si vieses cómo le brillan los ojos cuando está a su lado.
Algunos domingos vamos al Retiro y hacemos un picnic. Siempre nos lo pasamos genial. No tenía ni idea de que mi padre fuese tan divertido, ni de que jugase tan bien al fútbol. Ahora me arrepiento de no haberle dado antes esta oportunidad de demostrármelo.
Por cierto, ¿recuerdas aquel artefacto del que te hablé que estaba construyendo en el garaje?, pues no te lo creerías, pero consiguió terminarlo. Para mi cumpleaños la semana pasada, aquel amasijo de hierros, se había convertido en una moderna emisora con la que cada vez veo más cerca mi sueño de ser locutora de radio.
Así pues, mamá, desde donde quiera que estés. Desde donde quiera que el maldito cáncer te haya llevado, quiero que sepas que con tu marcha dejaste un digno rival aquí, el cual, aunque solo sepa cocinar pasta, algunas veces se olvide de recoger la ropa cuando llueve y no lleve las camisas planchadas a la perfección, es mi nuevo amigo de Facebook.
Ya es domingo por la tarde.
Debería estar haciendo los deberes, pero, por mucho que lo intento, no logro concentrarme.
¿ Te he hablado alguna vez de "La Rambo"? Es mi nueva profesora de matemáticas. El nombre no es mío, sino invento de un chico de la clase de aliado. Y, es que, si quieres aprobar con ella, tienes que hacer los cuatrocientos ejercicios "opcionales" que manda cada día y no sacar NUNCA, bajo ningún concepto, menos de seis en sus exámenes. He escuchado cosas horribles sobre ella, como que de un grupo de treinta y dos alumnos solo aprobaron tres y fue con sendos cincos cada uno. ¿Ves? ¡Como para no estudiar con esta señora!
Mi padre lleva encerrado en el garaje toda la tarde. Tal como te dije, el otro día encontró en el desván su vieja caja de herramientas y ahora intenta construir algo con ellas.
Si te soy sincera, no creo que lo consiga. Por mucho que piense, no recuerdo haberle visto terminar algo que haya empezado. No obstante, te informaré de su avance cada día por si te interesa.
Esta mañana he hablado con Blanca por skype. Me ha dicho que volverá hoy de su viaje y que intentará ir mañana al instituto ¡Ya era hora! Estoy cansada de sentarme sola ¡Me aburro muchísimo! Y no es porque no haya más chicas en clase, sino porque, siempre hablan de lo mismo: zapatos, ropa, fiestas ... Al final te acabas hartando un poco.
Escucho la voz de mi padre, me está llamando para cenar. Mañana, si puedo, charlaremos otro ratito .... ¡Y los deberes sin terminar!
Madrid, 30 septiembre
Creo que Blanca está saliendo con alguien.
Esta mañana, tras contarme cómo ha sido su viaje a Roma, me ha dicho que un chico ha empezado a chatear con ella por Facebook. Según me ha contado, vive en Getafe y se llama Jose. Al parecer, tienen muchas cosas en común: a los dos les encanta la música, el baile y los animales.
Desde que ha salido el tema no ha dejado de hablarme de él en todo el día yeso que yo no lo veo gran cosa. A ver, el chico parece majo, pero todavía no lo conoce personalmente. Quizás sea diferente cara a cara. Podría ser el típico chulo egocéntrico ... O incluso uno de esos niños que no ven más allá de las pantallas de los móviles o las video con solas.
Ahora que lo pienso, si es así, incluso podrían encajar a la perfección.
Blanca está obsesionada con las redes sociales y se esfuerza por tener lo que ella llama "una buena imagen". Sube fotos haciendo todo tipo de cosas: Comiendo, haciendo los deberes, viendo la televisión, en pijama ... Además, acepta todas las solicitudes de amistad, conozca o no a las personas; dice que hay que ampliar su "foro de amigos", como ella lo llama. Creo que es por eso por lo que no sabía ni que seguía a Jose.
Dejando de lado este tema, que me tiene ya un poco cansada, "la Rambo" nos ha castigado sin recreo porque ha pillado a Irene, la chica que se sienta al fondo del aula, pintándose los ojos en plena clase, el castigo no es otro que adelantarnos un par de días el examen que teníamos en una semana.
Tendré que ponerme a estudiar como una loca esta misma tarde, si quiero entrar en el selecto club de favoritos de la profe.
No entiendo por qué todos tenemos que sufrir las consecuencias por culpa de una sola persona. ¿Y sabes qué es lo peor? Que cuando se lo he contado a mi padre se ha reído y me ha dicho "Pagar justos por pecadores" o algo así, tampoco es que esté muy pendiente de todo lo que a mi padre se le pasa por la cabeza ...
A propósito, ahora hay una aberración de aluminio sobre la mesa del garaje. Si la vieras te sorprenderías, yo creo que es imposible sacar algo útil de entre toda aquella chatarra ... y lo que más me fastidia es que todavía no sé qué es. Cuando le pregunto a mi padre, me ignora completamente, creo que es porque ni él mismo lo sabe.
En fin, ahora estoy cansada ... Mañana seguimos hablando.
Madrid, 1 octubre
¡No podía haber peor día en mi vida!
Esta mañana al acabar las clases, Blanca me ha dicho que Jose va a venir a Madrid solo para verla. Después, no ha parado de hablarme de él, de lo maravilloso y guapo que es. Ha sido en ese momento cuando no he podido contenerme más y he
estallado. Le he dicho que me daba igual cómo fuese, que quería que dejase de hablarme de él y que estaba siendo muy pesada. Entonces, me ha gritado que yo estaba celosa y era una egoísta. Que siempre me había apoyado en todo, pero que yo no podía hacer lo mismo por ella.
Después de eso, me he cruzado de brazos y he dado media vuelta, aparentando estar lo más calmada posible.
Cuando he llegado a casa, ni siquiera me he molestado en saludar a mi padre. He cerrado la puerta de mi habitación de un portazo y me he tumbado boca arriba en mi cama. En mi cabeza no paraban de sonar una y otra vez aquellas palabras tan horribles que me había dicho Blanca.
Eso sí, no he llorado. Te lo prometo. No podía, tenía un nudo en la garganta que no me dejaba hacerlo. Solo me preguntaba quién de las dos era la culpable de lo que había pasado.
Al cabo de un rato, mi padre me ha llamado para comer. Antes de eso, he ido al cuarto de baño y me he lavado la cara, intentando que con ello se borrara mi mal humor, para esquivar cualquier explicación al cabeza de familia. Pero, al sentarme en la mesa, me ha cazado al vuelo y me ha preguntado por mis males. Yo le he mirado de la manera más fría que he encontrado "¿Eso a ti qué te importa?", le he soltado sin pensar. Él se ha encogido de hombros y ha empezado a comer tranquilamente, supongo que evitando el típico enfrentamiento padre-adolescente.
Nadie ha dicho palabra hasta que no hemos acabado los platos. Entonces, se ha activado su tecla reset, y me ha soltado como si tal cosa" ¿Sabes qué? De mayor podrías ser escritora" Yo no quería seguirle el juego y he retorcido mi sonrisa a modo de "cállate ya, pesado".
Ahora que lo pienso, me doy cuenta de que lo único que quería era animarme el día. Pero en ese momento, la ira pudo conmigo. Me puse a gritarle cosas horribles, cosas que incluso me da vergüenza contarte.
En este momento, te escribo desde la biblioteca municipal. Me fui de casa buscando tan solo un sitio donde estar tranquila. Aquí se respira silencio .Te prometo que regresaré antes de las ocho.
Madrid, 2 octubre
Ayer, como te prometí, regresé a casa antes de las ocho. Mi padre no me dijo nada cuando me vio, hizo bien. Estaba tan enfadada que no creo que llegásemos a nada bueno.
Esta mañana, he ido a lIevarle los deberes a Blanca y, de paso, a disculparme con ella por ser tan borde. Cuál ha sido mi sorpresa cuando, al abrirme la puerta, su madre me ha preguntado por ella.
Después de jurarle unas cuantas veces que no la había visto, lo he comprendido todo. Su hija no había vuelto a casa, desde ayer. Unos policías me han estado interrogando sobre el asunto. Me sentía como si estuviese en una de esas películas que tanto te gustan. Yo, les he contado todo lo que sabía. Incluso lo del castigo de "La Rambo" por si les servía de algo. Después, me han dicho que me marchase.
Cuando he llegado a casa mi padre no estaba. Había tardado tanto que ya se había ido a trabajar. Sobre la mesa había una nota que básicamente me decía que me calentase la comida. Te juro que iba a hacer eso, hasta que la vi y me lo pensé. Era una especie de masa pegajosa, amarillenta por el colorante alimentario.
Él puede ser bueno en limpiar las baterías de los móviles, formateando videoconsolas, incluso en arreglar la placa base de un ordenador ... Pero cocinar, no es su fuerte. Menos mal que, justo debajo de casa, hay una pizzería.
Aprovechando que su trabajo acaba a las nueve, he salido a buscar a Blanca. No he podido evitarIo, estoy muy preocupada por ella. He ido a los sitios a los que solemos ir: la Gran vía, la Puerta del Sol, el parque del Retiro ... Todo en vano. Al final, he tenido que volver por donde había venido.
Es que, cada vez que me paro a pensarIo, soy la única que puede encontrarle. Sus padres siempre están fuera de casa y cuando están con ella, apenas le prestan atención. Nadie la conoce como yo ... si no he podido encontrarIa, me temo lo peor.
Solo me queda esperar a que esté bien y regrese pronto a casa. Sus padres están muy preocupados.
Madrid, 4 de Octubre
Siento no haberte escrito ayer, pero no he tenido tiempo. De hecho, te escribo, desde la sala de espera del hospital. Tranquila, yo estoy bien ... es Blanca.
La han encontrado esta madrugada. Estaba tirada, en la orilla del estanque del Retiro, junto a las escaleras de piedra, malherida. Según la policía, estaba cubierta de sangre, inconsciente y con claros síntomas de violación, pero aún tenía pulso.
Hoy no he ido al instituto. Mi padre me ha dejado quedarme en el hospital. A veces entra y sale algún que otro médico, pero nunca dicen nada, eso me pone muy nerviosa.
A mediodía, papá ha venido a hacerme compañía. Aunque solo estuviera pendiente de la puerta, notaba cuando me miraba de vez en cuando y negaba en silencio.
No ha sido hasta las cuatro y media cuando el padre de Blanca nos ha contado que había entrado en coma. Le he pedido pasar a verla, pero él me ha explicado que hasta dentro de un par de días eso será imposible.
Según parece, Blanca había quedado después de clase con Jose en el parque del Retiro. Esa información estaba en su móvil, el cual encontraron unos metros más allá de su cuerpo, al comienzo de las escaleras. Solo se sabe hasta ahí. La policía ha intentado por todos modos contactar con él, pero es como si se lo hubiese tragado la tierra. Todo se ha borrado: la cuenta, los mensajes, su foto ...
Ahora mismo mi padre insiste en que nos marchemos a casa. Creo que debería hacerle caso, los hospitales me deprimen. Necesito descansar.
Madrid, 5 de Octubre
Detesto los deberes de los sábados, aquellos que empiezas decidida a hacerlos y acabas dejándolos para el domingo por la tarde. No puedo evitarlo; el viernes no tengo tiempo, el sábado se me quitan las ganas y al final quedan para el domingo, como siempre. Forma parte de mi forma de ser.
He dedicado la mañana a visitar a Blanca. Aunque no me hayan dejado entrar a verla, sus padres me han dicho que sigue estable. Todo apunta a que la drogaron, golpearon y abusaron de ella sexualmente. Está viva de milagro.
La policía aun está buscando a Jose. Cada minuto que pasa estoy más segura de que nunca aparecerá.
A propósito ... ¿Recuerdas cuando iba a cuarto?
Te lo pregunto porque esta mañana he visto que alguien me había enviado una solicitud de amistad. La he aceptado porque se parecía un montón al chico ese que tanto me gustaba cuando tenía once años, el que se sentaba en segunda fila.
Ha cambiado un poco desde que nos vimos por última vez. Pero estoy segura que es él. Según su estado tiene catorce años como yo. No creo que sea una coincidencia, tiene su misma nariz, los ojos de color ámbar y el pelo largo y castaño.
No le he contado nada de esto a papá. Él nunca lo entendería. Y, después de lo que le ha pasado a Blanca, menos aun. ¡Estoy tan emocionada!
Ahora mismo le he saludado. Él me ha contestado con una carita sonriente y con un "Hola Laura".
Seguiré hablando con él a ver si consigo recordar algo del año en que lo conocí. Que, por mucho que me esfuerzo, creo que no recuerdo ni la mitad de cosas.
Madrid, 6 de Octubre
Hoy me ha despertado el ruido de un objeto metálico cayendo al suelo. Cuando he ido a ver de qué se trataba, he visto a papá trabajando en su "gran invento". He de admitir que nunca lo había visto tan concentrado. Esa cosa, fuera lo que fuera, iba tomando una forma bastante peculiar.
¿Qué es? Le he preguntado de nuevo. Se ha girado y me ha mirado con una cara que me ha parecido irritante. Después, se ha vuelto a concentrar en eso y ha contestado "De momento, un trozo de hojalata" . Yo me he enfadado y le he dicho que se dejase de tonterías, que no hiciera tanto ruido. Él ha asentido.
Más tarde, he ido a visitar a Blanca al hospital. Aunque solo me hayan dejado entrar cinco minutos, me ha parecido suficiente. Todavía seguía en coma, tumbada sobre la cama. Esa imagen nunca se me borrará de la cabeza.
Cambiando de tema. Tal y como te dije ayer, sí que era mi antiguo compañero.
Cuando me contestó que sí, no me lo podía creer. Habían pasado tantos años que no esperaba que se acordara de mí, Su nombre es Marcos y dice que, a pesar de vivir lejos, suele venir los fines de semana a visitar a sus abuelos. Esta tarde hemos rememorado viejos tiempos. Recordamos lo bien que lo pasamos cuando nos disfrazamos de leones en primero o cuando se me perdió mi pulsera y me ayudó a buscarla por todo el patio.
También hemos recordado a nuestra vieja tutora, la señorita Ágata, la cual, cada vez que se enfadaba, torcía la nariz hacia un lado. Mi padre me contó que una vez, en una reunión, la había visto hacer eso y tuvo que contener la risa.
Así hemos estado durante toda la tarde, desenterrando anécdotas, unas graciosísimas, otras no tanto, como aquella vez que me caí por las escaleras y me hice un esguince. Seguro que tú también lo recuerdas, pasé dos semanas con la pierna en alto y se me puso la punta del pie morada.
Cuando mi padre me ha llamado para cenar, nos hemos despedido con la promesa de que mañana volveríamos a chatear de nuevo ... Me ha gustado mucho volver a hablar con él.
Madrid, 8 de Octubre
Todo el instituto se ha paralizado por la noticia de Blanca. Mucha gente me ha mirado con cara de intriga; profesores y compañeros de clase. Incluso mis compañeras de francés, a las que por cierto no les caigo muy bien, me han preguntado por ella. Saben que somos buenas amigas.
Al salir, he decidido hacerle una visita. Sus padres me han dicho que va recuperándose poco a poco, pero que aún, no estaban seguros de cuándo despertaría.
Tras verla unos pocos minutos, he regresado a casa. Mi padre estaba tan concentrado en su chatarra que he decidido no interrumpirle. He subido hasta mi habitación y le he mandado un mensaje a Marcos saludándole.
No habían pasado ni cinco segundos cuando me ha contestado. Me ha dicho que estaba estudiando y que, en cuanto hubiese acabado, me avisaría. Yo he aceptado su propuesta y me he despedido. ¡Vaya rollo!
Instantes después, papá me ha llamado para comer. Para mi suerte, había encargado la comida en un restaurante chino cercano. Creo que poco a poco, va comprendiendo que no todos sus platos son aptos para el consumo humano y que nunca le darán ninguna "Estrella Michelin".
La comida se ha resumido a una aburrida conversación sobre los negocios de mi padre .Para acabar el tema y no enzarzarme en una disputa tonta, me he encogido de hombros haciéndole entender que no me importaba su trabajo en absoluto.
Nunca me ha interesado la informática, a menos que se llame Facebook o Instagram.
Es lo que suele pasar en esta casa. Mi padre intenta todos los días entablar una conversación sobre algo que no me importa lo más mínimo como las tareas de casa o si no sé quién se había mudado. Te juro que intento poner mi mejor cara, pero no lo consigo por mucho que me esfuerce. Es uno de mis principales defectos, no se disimular ... ni escuchar.
Al final se ha cansado de preguntar y me ha dicho entre risas "Quizás deberías de dejar de ser tan arisca conmigo". Y o me he levantado de la silla de golpe y le he gritado: "¡Quizás si no estuvieses cada dos por tres interrogándome sobre mi vida, sería de otra manera!"
"No te preguntaría cada dos por tres, como tú dices, si me respondieras a la primera", ha contestado de la manera más calmada posible.
"¡Tengo catorce años! ¡No me hace falta que estés detrás de mí a cada paso que doy! ¡Además, ni siquiera te interesa mi vida! ¡Solo preguntas para intentar quedar bien conmigo! ¡Te recuerdo que mi mejor amiga sigue en el hospital y tú solo has ido una vez a visitarla!" Tras eso, me he ido a mi habitación dando un portazo.
Si te soy sincera, no sé qué me pasó en ese momento; simplemente la ira pudo conmigo. De repente, sentí la necesidad de gritar, de desahogarme después de todo lo que había pasado estos días ... y ahí delante estaba mi padre, dispuesto a convertirse en mi saco de boxeo.
Nunca habría llegado a esa reflexión de no ser por Marcos. Hemos estado chateando toda la tarde. Insistía en que mi padre solo se preocupa por mí. Sus palabras eran delicadas pero directas.Tranquilizadoras y duras a la vez. Le he contado también que desde aquel día, ya sabes a cuál me refiero, pasa la mayor parte del tiempo absorto en su trabajo, como si nada alrededor de él importara, ni siquiera yo ...
No tenía la menor idea de que hablando con alguien que de verdad te entienda, que te escuche, que te consuele, iba a sentirme tan bien. No quiero ni imaginarme cómo será este viernes, he quedado con él en la cafetería que hay en la esquina. No le voy a contar nada de esto a papá, ... Al menos todavía ...
Madrid, 10 de Octubre
Las cosas en el instituto se han tranquilizado bastante. Aunque los profesores han seguido preguntándome por Blanca, mis compañeros se han olvidado ya del tema.
Recuerdo que una vez María, una chica de mi clase, se rompió un brazo jugando al baloncesto y todos los chicos la trataban como a una reina. Claro, la chica para ellos es un bombón. Le sujetaban los libros, le hacían los deberes y hasta la llevaban a cuestas. Todo eso duró más de dos semanas, hasta incluso cuando ella se repuso, continuaron ayudándola. Es por eso por lo que esa chica me da mucho
asco.
Al llegar a mi casa he visto a papá hablando por teléfono con alguien. Cuando me ha visto se ha despedido y ha sonreído. "¿Quién era?" He preguntado. Él me ha contado que era el padre de Blanca, el cual le había dicho que la policía había localizado a Jose en un pequeño pueblo de Extremadura y que ya lo habían arrestado. El individuo en sí era un engaño total. Ni se llamaba Jose, ni tenía la edad que decía tener, sino veinte años más, ni siquiera la foto de perfil era la suya.
¡Pobre Blanca!
Al escuchar la noticia, me he alegrado muchísimo. Rápidamente, he subido a mi habitación y se lo he contado a Marcos. Él también se ha alegrado por ella. Ellos aún no se conocen, pero me gustaría presentársela algún día. Seguro que se caerían
muy bien.
Esta tarde hemos estado hablando sobre el futuro. Él me ha dicho que le gustaría ser periodista, aunque a su madre le encantaría que fuera futbolista ya que se le da muy bien ese deporte.
Le he dicho que de mayor, me gustaría ser locutora de radio. Poder ser escuchada sin que te interrumpan es mi sueño. Supongo que es, como ya te he contado en numerosas ocasiones, porque no sé escuchar a los demás.
Aunque no te lo creas, también le he hablado de ti. De los castillos de arena que construíamos en el parque y de cuando le gastábamos bromas a mi padre. En general, de lo bien que nos lo pasábamos juntas.
Siento que a Marcos se lo puedo contar todo. No sé por qué, me inspira confianza, además de tener muchas cosas en común.
Por ejemplo, hoy me ha dicho que su padre hace unas comidas horribles, y, que ni siquiera el perro se atreve a probarlas, del aspecto tan terrible que tienen.
Le he contado que la primera vez que papá cogió una espátula de cocina fue para trasplantar un rosal. Él ha respondido que por lo menos le pone empeño y yo he estallado a carcajadas. Creo que hasta mi padre debe haberlas escuchado.
Hablando de papá, ¿Recuerdas esa máquina misteriosa que estaba construyendo?
Pues ya se ha cansado y la ha dejado. Lo sé porque esta mañana he ido a echar un vistazo y todas sus herramientas estaban metidas en cajas de cartón. Ya sé que se veía venir; pero, tenía la esperanza de que esta vez fuera diferente
Madrid, 11 de Octubre
Anoche estaba tan ocupada hablando con Marcos que se me olvidó completamente repasar las matemáticas.
No era cualquier examen, pues se trata de uno de "La Rambo". Ya puedes imaginarte la sorpresa que me he llevado esta mañana cuando ha comenzado a repartir los folios.
Para mi suerte, antes de llegar a mi pupitre, la secretaria ha venido a buscarme. Al principio, he de admitir que me he asustado. Me temía lo peor. Todos mis compañeros me han preguntado. Yo me he encogido de hombros y me he ido con ella, porque ya tenía el permiso de la profesora.
Hemos tenido que recorrer un laberinto de pasillos hasta llegar a conserjería. Era la primera vez que iba a ese lugar. Me he sorprendido bastante al ver al padre de Blanca cruzado de brazos, esperándome en la puerta con una sonrisa.
De camino al hospital, me ha explicado que Blanca había despertado del coma esa mañana y que ya estaba fuera de peligro. Después, me ha dicho que mi padre había aceptado que viniese a recogerme para visitarla, así que no tenía que preocuparme por él. Yo he asentido, un tanto extrañada.
Ya la habían trasladado a planta.
Al abrir la puerta, todas las personas que había dentro se han callado de golpe.
Me he acercado a ella y he visto como, en pocos segundos, sus ojos se inundaban de lágrimas. La he abrazado y le he dicho: "Qué morro tienes, saltándote el examen de "La Rambo". Ha esbozado una débil sonrisa que me ha alegrado infinitamente.
Se le notaba cansada, pues, ni siquiera podía hablar sin hacer una pausa entre palabra y palabra. Aun así, me ha pedido perdón tantas veces que he perdido la cuenta. Yo, siempre preguntaba el por qué y ella sonreía. Ya no importaba aquella estúpida pelea sin sentido. Era como si nada de eso hubiera ocurrido.
Le he estado contando todo lo que había sucedido todos estos días. Menos lo de Marcos y la pelea con mi padre ... Eso ya se lo contaré en otra ocasión. Al escucharme hablar del interrogatorio en su casa, ha soltado una débil carcajada.
Me ha llamado la atención que no recordase nada de lo que había pasado tras nuestra pelea, según los médicos, por los fuertes golpes que recibió en la cabeza. No obstante, dicen que recuperará la memoria progresivamente. Me alegro que esté bien; aunque, creo que esta experiencia no la olvidará jamás.
Al volver a casa he tenido otra discusión con mi padre, como no. Esta vez ha sido porque le he dicho que después de comer volvería al hospital con Blanca. Él me ha dicho que de eso nada, que estaba pasando demasiado tiempo ahí metida y que ahora lo que necesitaba era tomar el aire y olvidarme un poco del tema.
Creo que estoy empezando a odiarle. La situación en mi casa es inaguantable, o se hace lo que él diga o acabamos mal. Y encima me trata como si todavía tuviera tres o cuatro años, vigilándome a cada momento. Creo que lo que está construyendo va a ser una cámara de vigilancia para mí, ¿Qué te apuestas?
Mañana justo después de comer tengo pensado irme a casa de la abuela. Así no tengo que darle explicaciones cuando vaya a la cafetería. Es más, saldré de casa por la puerta de atrás, sin decir palabra alguna. Con suerte, no se enterará de que me he ido.
Madrid, 12 de Octubre
Esta mañana, papá ha llamado a mi puerta, quizá ofreciéndome una enésima disculpa tras la discusión de ayer. No me he molestado en abrirle.
Tras el instituto, he ido a visitar a Blanca. Ya está muchísimo mejor y puede sostenerse en pie. Está tan emocionada que va corriendo de un lado a otro del hospital, como si de una feria se tratase. Ella dice que la tienen retenida contra su voluntad, que si por ella fuera estaría en su casa tomándose un chocolate caliente.
Hubiese ido a verla después de comer, para así, estar toda la tarde con ella, pero, a las cinco había quedado con Marcos en la cafetería. Estaba tan emocionada, que le dije a mi padre que ya había comido en el hospital, para que, ninguna de nuestras inevitables peleas durante la comida, me fastidiase la tarde.
Cuando solo quedaba una hora, he decidido salir de mi habitación para analizar la situación. Papá no estaba. En su lugar había sobre la encimera una nota que decía que volvería a las ocho. Las cosas se volvían cada vez más fáciles. En ese momento, solo pensaba en que quizás el destino había decidido que debía de reunirme con Marcos sí o sí,
Así pues, a las cinco en punto ya estaba sentada en una de las sillas de la cafetería, haciendo como que prestaba interés a una revista de moda que alguien había dejado olvidada sobre la mesa. Pensaba en detalles tan estúpidos como qué llevaría puesto o cómo sería su voz. Estaba muy nerviosa.
Entonces, en una de mis miradas hacia la puerta, vi algo que hizo que me intentase esconder tras una columna. Mi padre entraba con el periódico en la mano y se sentaba frente a la barra. El corazón me iba a mil por hora, pensé horrorizada que había leído los mensajes y había decidido venir.
Fuera cual fuera el motivo, no me agradaba mucho la idea de tenerle de testigo de mi cita. Más que nada porque seguro que no me daba su aprobación.
Había una parte de mí que me decía que fuese a hablar con él, otra, que me quedase sentada a esperar a que se marchase. Cuando me quise dar cuenta, papá ya me había visto y se acercaba a la mesa.
"¿ Qué haces aquí? Pensaba que estabas en casa" Me ha dicho a modo de saludo.
Yo he contestado enfadada que a él eso no le importaba. Ignorando mi respuesta, me ha preguntado si estaba esperando a alguien. Con un nudo en la garganta, he movido la cabeza de lado a lado para negarlo.
Él ha asentido y se ha sentado frente a mí. No recuerdo cuánto tiempo hemos pasado en silencio, cada cual con su móvil. Por cierto, no me había dado cuenta que había cambiado a otro modelo distinto. Creo que pasamos diez minutos, puede que incluso más sin hablarnos. Estaba deseando que se fuera, pero no se iba.
¡Qué fastidio!
Esperaba que Marcos se retrase y no se cruzaran en la cafetería.
Finalmente, mi progenitor ha roto su silencio "Ha sido una tontería pensar que podrías hablar conmigo cara a cara por una vez en tu vida pacíficamente", ha dejado caer.
En ese momento, mi móvil ha vibrado para indicarme que había recibido una notificación. Cuando lo he encendido, un escalofrío ha recorrido mi cuerpo.
Marcos me acababa de mandar un mensaje en el que ponía "Media hora sentado frente a ti y todavía no has dicho una palabra. Como ves, el mundo está lleno de mentiras que quizá puedan hacerte daño. Esta vez has tenido más suerte que tu amiga".
He salido de la cafetería tan rápido como he podido. La gente no paraba de mirarme, pero eso me daba igual. Al llegar a mi casa me he encerrado en mi habitación y he tirado el portátil al suelo con todas mis fuerzas. No podía creerlo.
Mi padre me había estado engañando todo este tiempo. Había estado jugando conmigo delante de mis propias narices y yo no me había dado cuenta hasta que él mismo se descubrió.
Me siento humillada, engañada, ridiculizada ..... me faltan adjetivos para describir el estado en el que me encuentro.
Un padre utilizando sus malditos conocimientos de informática para engañar a su propia hija, es una situación más que surrealista. [Qué vergüenza por Dios!
Esto no puedo contarlo por ahí, sería el hazmerreir de mis amigos. Creo que voy a pasarme lo que le queda a la tarde, y parte de mañana, llorando hasta que asimile mi fraude en las redes sociales.
[Le odio! No voy a volver a hablar con él en toda mi vida. Mañana no pienso ir al instituto, voy a escaparme de casa tan pronto como me sea posible. Lo que ha hecho es horrible y se merece pagar las consecuencias.
Madrid, 29 de Noviembre
Hace unas semanas que no te escribo, pero quiero que sepas que aún sigo recordándote.
Tardé días en tranquilizarme, pero al final, tras muchos gritos, portazos y lágrimas, dejé a papá explicarme el motivo por el cual me había engañado. Me dijo que desde que Blanca había ingresado en el hospital, estaba muy preocupado. No sabía si me iba a ocurrir lo mismo, necesitaba saber que yo era distinta y que podía confiar en mí, pero yo era como la mayoría de las jóvenes de mi edad. Se lo demostré con creces.
Después, me pidió perdón, aunque no me lo mereciera. Sin darse cuenta, con esta prueba de fuego, me demostró que más que nunca él era la persona que más me quería. Sólo lo hizo por demostrarme una vez más, que todo lo que se esconde tras las redes sociales es más peligroso de lo que yo creía. Me ha abierto los ojos al respecto. Podía haber corrido la misma o peor suerte que Blanca.
Una semana después de nuestra reconciliación, el tan esperado día llegó. Mi mejor amiga salió del hospital. Ahora lleva una vida más calmada. Ha decidido que, hasta que no sea mayor de edad, no volverá a usar las redes sociales.
He querido contártelo en esta carta porque es posiblemente la última que escriba.
He descubierto que no me hace falta bolígrafo y papel para desahogarme. Porque estoy rodeada de personas que me quieren y están dispuestas a escucharme. Entre ellas, mi padre.
Hace unos días, me presentó a Alba. La llama amiga, pero no era la primera vez que la había visto en casa, aunque él lo creyese.
En el fondo, me alegro. A veces viene a casa y jugamos los tres a juegos de mesa.
Incluso, algún día que otro, la he visto preparando la comida ... Podría acostumbrarme a ella.
No sé qué pensarás respecto a esto, pero creo que sientes lo mismo que yo, te alegras por papá. Sé que te sonará muy raro, pero créeme, tu también lo harías si vieses cómo le brillan los ojos cuando está a su lado.
Algunos domingos vamos al Retiro y hacemos un picnic. Siempre nos lo pasamos genial. No tenía ni idea de que mi padre fuese tan divertido, ni de que jugase tan bien al fútbol. Ahora me arrepiento de no haberle dado antes esta oportunidad de demostrármelo.
Por cierto, ¿recuerdas aquel artefacto del que te hablé que estaba construyendo en el garaje?, pues no te lo creerías, pero consiguió terminarlo. Para mi cumpleaños la semana pasada, aquel amasijo de hierros, se había convertido en una moderna emisora con la que cada vez veo más cerca mi sueño de ser locutora de radio.
Así pues, mamá, desde donde quiera que estés. Desde donde quiera que el maldito cáncer te haya llevado, quiero que sepas que con tu marcha dejaste un digno rival aquí, el cual, aunque solo sepa cocinar pasta, algunas veces se olvide de recoger la ropa cuando llueve y no lleve las camisas planchadas a la perfección, es mi nuevo amigo de Facebook.
ALBACARA 2017. CERTAMEN LITERARIO
Bienvenidos al blog albacara17 donde se colgarán los trabajos presentados al certamen para que todos los podáis conocer. Incorporamos la opción de "like" para que también los valoréis. Gracias a todos!
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CERTAMEN LITERARIO ALBACARA 2017. PREMIO 200€ Y DIPLOMA MODALIDAD NARRATIVA CATEGORIA TERCERA
CERTAMEN LITERARIO ALBACARA 2017. PREMIO 200€ Y DIPLOMA MODALIDAD NARRATIVA CATEGORIA TERCERA TITULO: VENDIDO AUTOR : MARÍA SÁNCHEZ LÓPEZ ...
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CERTAMEN LITERARIO ALBACARA 2017. PREMIO 200€ Y DIPLOMA MODALIDAD NARRATIVA CATEGORIA TERCERA TITULO: VENDIDO AUTOR : MARÍA SÁNCHEZ LÓPEZ ...